Os estaréis preguntado si el barco hacia Koh Phangan naufragó, porque llevamos casi dos semanas sin actualizar, pero tranquilos, logramos llegar. Nuestro viaje ha tomado un rumbo interesante, ya os iremos comentando. Pero vamos al tema de la Full Moon, que es donde nos quedamos. Bueno, dejabamos nuestra amada isla para ir de fiesta a Koh Phangan, una parada obligatoria para cualquier mochilero que se precie. Ibamos sin hotel y sin nada, el mismo día de la fiesta, había sido imposible reservar nada. Así que, con dos cojones y las mochilas a cuestas, pillamos un barquito hacia la isla vecina. En una hora y media ya habíamos llegado. Vale, ¿hacia donde vamos?, esa era la cuestión, a la zona de la fiesta imposible, ahí seguro que no había ni un hotel donde rascar una habitación. Pillamos un taxi hacia Baan Kai, que está a unos 15 minutos de Haad Rin, la zona fullmoonera. La primera impresión (y casi la última) fue de… vaya mierda. Unos cuantos mochileros habían pensado igual que nosotros y debíamos adelantarles si queríamos encontrar algo. Un sufrimiento, todo lleno. En un descanso de desesperación y gritos mutuos, unos chavales de Bangkok se nos acercan para decirnos que unos amigos suyos no han podido llegar y les sobraba una habitación. ¡Bien! Se lo explicamos al del hotel, pero el cabrón nos quiere enchufar 4 noches, así que nada. Seguimos la caminata por calles desiertas, intentando encontrar algo. A lo lejos vemos un cartel muy cutre de una pensión, vamos pa’ya. Les preguntamos les queda algo libre y ¡bingo! Les queda una. El precio, una mierda, 3000 Baths dos noches (unos 60 euros), pero estamos tan destrozados que aceptamos sin pensarlo.
Perfecto, ya tenemos sitio donde dormir, primera fase superada. Dormimos toda la tarde para estar preparados. Sobre las 7 de la tarde se va la luz. Salimos a ver que pasa y resulta que no sólo ha sido en la pensión, sinó en toda la isla. Madre mia, como nos quedemos sin full moon, con la mañanita que hemos pasado… Bueno, nos tomamos algo en el bar, a la luz de las velas, esperando que vuelva la luz. Volvió, menos mal. Venga, vamos hacia la zona fiestera a cenar. Pillamos un taxi-bus, es como un taxi, en forma furgoneta, pero va parando y cogiendo a más gente por el camino. La zona es un hervidero de guiris. Sí, porque una cosa son mochileros y otra son guiris. Las tipicas inglesas gordas, pelo rubio estropajo, con minifaldas y camisetas fosforito… ya me entendéis. En cada esquina hay un chiringuito vendiendo cubiletes (cubilitros los llamaríamos nosotros), chorradas fosforescentes, camisetas y pulseras de la fiesta, etc. Estos si que saben montar una fiesta, no veas el tinglado que organizan. Cenamos en un “italiano”, que estaba enfrente de una clinica. Eran las 9 y ya iban llegando los primeros afectados de la prefiesta. Las calles eran un circo, casi ni hablamos entre Cami y yo, estabamos flipando con los personajes de la calle. Despues de comer algo nos acercamos a la playa a ver que se cuece. No eran ni las 10 y los altavoces ya estaban tronando música trance, tecno… todo a la vez. Los malabaristas haciendo espectáculos con fuego, cubiletes de todos los colores, borrachos, vendedores de setas mágicas, policias y militares… Es un espectáculo increible. Gente de todos los lugares del mundo se concentra en una playa a darlo todo por una noche, cada luna llena del mes. En un chiringuito compramos pintura para el cuerpo, Cami quiere que le pinte de avatar. Parece que mal no lo hago, porque se tiraron haciendole fotos toda la noche. Vamos de arriba abajo, con nuestro cubito en mano, mirando el panorama. En unos andamios, hay un cartel de la Full Moon Party escrito con letras de fuego. Nos acercamos para hacer una foto y nos quedamos alucinados. La gente subía por lo andamios y se quemaban con los hierros, por lo que algunos se caían. De locos. De vez en cuando, nos sentamos un rato en la arena, nos pegamos unos bailes, miramos como lanzan las linternas de papel al cielo… En un momento se nos hicieron las 3 de la mañana. El tema se está volviendo un poco desastre, la gente va muy puesta, vomitando y durmiendo por el suelo. Decidimos que ya hemos tenido suficiente fiesta y nos piramos a dormir. Al llegar al cuarto, Cami se da cuenta de que se había sentado en un vomitado, jajaja.
Al día siguiente decidimos ir a comer a la zona post fiesta, para ver como ha quedado. Todavía queda gente tirada por el suelo, y por la playa parece que ha pasado el Apocalipsis. Teníamos que conectarnos para buscar alojamiento en Kata (Phuket), que era nuestro próximo destino. Yo estoy con una morriña de Koh Tao que no me aguanto. Quiero bucear y hecho de menos a la gente. Miramos lo que cuestan las inmersiones en Similian y vemos que salen por una pasta. Total, ya hemos visto el tiburón ballena, ¿qué hay más espectacular que eso? Después de muchas cavilaciones, convenzo a Cami para volver a Koh Tao y hacer hasta el Dive Master. Así que… aquí estamos, al menos 2 mesecitos más. Buceando, buceando y buceando. Esta isla es el paraiso. En breve os contamos que se cuece por aquí. ¡Un beso y un abrazo enorme para todos!
Videos:
http://www.youtube.com/watch?v=BfXFTQznb5M
http://www.youtube.com/watch?v=bzoRdmoy9eE
Que pasa chicos ¡¡¡ así que sacandoos el divemaster en Koh Tao MOOLAAA acabo de echar un vistazo a vuestro blog y la verdad que menudo viajecito que os estais pegando ehhh,
ResponderEliminar¿Camilo sabe ya contar hasta 10 en thai?
Bueno suerte y a disfrutar con el Divemaster, si pasais de nuevo por Phuket nos echamos unas birras ehh.
Un saludo. Mochilerotai